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Las mujeres necesitamos de la energía masculina


Desde hace un par de meses he venido concientizando la posibilidad de una alteración genética en el ser humano. Una alteración que se ha venido presentando como si realmente fuera una oportunidad para nuestra especie, y en cada sobremesa que lo comparto con colegas, conocidos y amigos cercanos, se vuelve una demanda a la madre naturaleza. Quizá nosotras las mujeres podríamos ser las grandes beneficiarias, pero al mismo tiempo creo que para algunas de nosotras no sería de su conveniencia.

Si enfocáramos nuestros esfuerzos a esta petición de estilo Darwiniana, se abriría un espectro de oportunidades para nosotras las mujeres, sin embargo quizá nuestra ambigüedad o falta de claridad nos lleve a perdernos de esta gran posibilidad.

Esta demanda también la veo de manifiesto en mis pacientes, en mis alumnas y alumnos de mis cursos, y creo que ya es tiempo de que la madre naturaleza sea bondadosa y apoye con administrar a cada uno de nuestros hombres una dosis mayor de “el Gorila Espalda Plateada”que lleva dentro.

The Silverback Gorilla tiene tantos atributos, que hoy es lo que demanda nuestra sociedad con todo respeto al género masculino. Su fuerza, su inteligencia, su proteccionismo, su orden, su mediación para el conflicto, su amor y responsabilidad por los suyos, su lealtad, su generación de confianza en la manada, y hasta su conducción cuando los hijos machos empiezan a crecer y se van a construir sus propios espacios familiares.

Tenemos una carencia social de fuerza masculina, que por paradójico que parezca, hasta las mujeres necesitamos sentir ese ingrediente para respetarlos más como hombres. Que nos pongan en nuestro lugar amorosamente cuando la histeria se nos dispara insaciablemente, es otra manera de sentirnos amadas y valoradas. Esto no significa que para eso está el machismo, porque el machismo es muy diferente, es una hombría de utilería que quienes la practican ponen en entredicho su virilidad cada que se sienten frágiles a ella.

Les comparto que hasta en algunos casos me han confesado que sentir la fuerza del hombre, hace que la mujer se sienta más mujer, más segura y por consiguiente, se vuelve más admiradora de su hombre. Por consiguiente, provoca en el hombre una testosterona inigualable que no desaprovechará si es que quiere que su mujer le desee como el gladiador después de la batalla.

Otro de los aspectos importantes que aportaría esta buena dosis de gorila espalda plateada, es la cercanía de papá con sus hijos. Por décadas hemos confundido sistémicamente la proveeduría por el desentendimiento de los padres con nuestros hijos, mismos que crecen con muchas inseguridades porque los hijos conviven en demasía con la madre y no con el padre, quien es quien los puede afirmar y reafirmar como valiosos y que van a tener la fuerza suficiente para realizar lo que se propongan en la vida; de hecho, parte de los anhelos profundos de los hijos varones, es ser rescatados de las garras de la madre por su padre. Es importante que el padre se haga cargo de su mujer, para que el hijo se sienta libre de poder convivir con ella de una manera sana o desde un amor consciente, y de no satisfacer sus demandas insaciables diseñando en el hijo al “esposito perfecto”. Posteriormente el hijo, buscará una mujer igual que su madre y así sucesivamente generación tras generación.

¿Qué más podemos aprender de este mamífero magnificente?

Su liderazgo como el mandamás de la manada. Si algo resiente el gorila, es la sensación de ser amenazados por otras especies o por otro macho algo dispuesto a jugársela por obtener el afecto de las hembras de este gorila, por lo tanto siempre se encuentra alerta para proteger a los suyos al más mínimo movimiento en falso. En este comparativo, nos encanta ser defendidas por nuestro hombre; si bien, reconocemos que realmente nos equivocamos, nos lo hacen ver de una manera asertiva y con espacio de aprendizaje. Si lo trasladamos al ámbito profesional, tener un líder que nos provea de seguridad y meta las manos al fuego por nosotros, genera en nosotros lealtad y compromiso a hacerlo bien de aquí en adelante.

La energía y propósito de un gorila espalda plateada es de sumo aprendizaje para el ser humano. Es gratificante ver cómo lo podríamos aplicar en nuestros hombres sin temor a que se sientan juzgados ni excluidos.

1 Ofrecer un espacio de seguridad y proveeduría para los suyos.

2 Asume su liderazgo haciéndose presente en cualquier situación por muy peligrosa que parezca.

3 Mantiene su jerarquía y pone orden cada que se necesita.

4 Está al pendiente de las necesidades de los suyos.

5 Pone de manifiesto el rol del macho y de la hembra.

6 Es territorial y apoya la virilidad de sus hijos para que tengan sus propias herramientas para la vida.

¿Cómo podemos las mujeres apoyar a que nuestros hombres saquen su gorila de pelaje sedoso que llevan dentro?

1 No ser controladoras ni castrantes por nuestras inseguridades. Es mejor pedir que exigir.

2 Ser agradecidas con todo lo que nos ofrece.

3 Mirar su suficiencia desde nuestra asertividad de haberlo elegido como nuestro macho alfa.

4 Solicitar su apoyo de manera amorosa para el cuidado de nuestros hijos. No adueñarnos de los hijos.

5 Ser seductoras y exaltar su virilidad.

6 Rendirnos ante lo masculino del hombre para que el se ponga al servicio de lo femenino de la mujer.

Si notas que tu hombre está por el camino equivocado, revisa muy bien de qué manera contribuyes para que se esté dando ese fenómeno. Recuerda que somos 100% responsables de lo que cocreamos con nuestra pareja, nuestro padre y nuestro hijo.


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