Pensamientos catastróficos en la Pandemia.
En la actualidad debido a la situación que estamos viviendo, me ha tocado atender muchos casos de adolescentes, deprimidos, ansiosos y en muchos casos desesperados, no solo por no tener contacto con sus amigos o estar encerrados.
El problema es lo que sucede dentro de sus hogares al estar encerrados, si antes en la casa iba algo mal entre papá y mamá era posible que los adolescentes no se enteraran de la situación pues existían muchos factores de distracción, sin embargo, ahora viviendo todos juntos la mayor parte del tiempo, es muy difícil no darse cuenta de lo que pasa a su alrededor.
Se que es complicado pero la estabilidad emocional de un adolescente depende en gran medida de la relación de sus padres.
Los adolescentes están viviendo relaciones en donde se aplica la ley del hielo, se ignoran en la relación de pareja, padres ausentes por exceso de trabajo en algunos casos, algunos otros desesperados por falta de trabajo, lo cual genera una tensión muy fuerte dentro de casa.
Los adolescentes si antes lo que querían era dedicarse solo a sus amigos ahora lo que están deseando es escapar de estas situaciones, emocionalmente se sienten atrapados y no saben qué hacer.
Lo que muchas veces como terapeuta de adolescentes me impresiona es que si los adultos tuviéramos la disposición y la capacidad de escuchar a nuestros hijos nos daríamos cuanta que son muy sabios y aunque saben que puede llegar a ser doloroso muchas veces lo que prefieren es ver a sus papas separados y no estar tenerse que enfrentar a una guerra de todos los días en donde uno lastima a otro.
Esto les genera ataques de ansiedad, el quererse encerrar en sus cuartos, distraerse con la tecnología, o incluso buscar amigos que no necesariamente siempre son buenas influencias, digamos que lo que hacen es escapar de la realidad.
Si bien el espacio terapéutico les sirve como desahogo, eso no quiere decir que con que los mandemos a terapia la situación está resuelta, la única solución es hacer que la relación de pareja mejore, para lo cual se necesita mucha comunicación o que los padres hagan un cambio profundo en sus actitudes y en el trato que tienen con sus hijos, muchas veces pretenden tomar un curso o leer un libro y con eso hay una sensación de que ya se cumplió, ESO NO FUNCIONA!!, sin duda los libros y los cursos ayudan, pero si no hay un cambio de actitud, un esfuerzo para tener la voluntad de cambiar las cosas será imposible.
Sin duda esta pandemia está trayendo grandes retos para las familias de hoy en día.
Ana María Arizti.
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